sábado, 31 de agosto de 2013

LA IGNORANCIA DE UNA MADRE



No voy a escribir de política internacional, porque soy parca en conocimiento.

No pienso rebatir los discursos anquilosados pregonados al calor de la prensa.

No puedo aportar datos de algo que me es ajeno.

No voy a caer en la trampa de creerme más de lo que soy.

Pero si puedo hablar de dolor, de miedo, de desconcierto, de desaliento, de desesperación.

Puedo hablar con el conocimiento que nos da el recuerdo, la historia es un vaivén de acontecimientos que se repiten en el tiempo, ritmicamente, acompasándose y el final siempre es el mismo; horror, tragedia y muerte.

Recuerdo cuando por primera vez contemplé La Piedad de Miguel Ángel; me impresionó la expresión de dolor y resignación de esa madre, esa pregunta impresa en el rostro, ese ¿por qué? que te devora el alma. Y heme aquí viendo día tras día la misma imagen en las noticias, sintiendo la tragedia en la distancia, rozando el miedo con la mirada.

¿Hay justicia en el mundo?, mil muertes me desearía antes de ver sufrir a mis hijos e imagino y siento el desgarro y el sufrimiento.

Escucho comentarios y sentencias, amenazas de intervención y guerra, enalteciendo la solidaridad extranjera. ¿Solidaridad con el pueblo Sirio?.

Les acusan de emplear armas químicas, armas que se fabrican en los países interventores y que previamente han sido vendidas a estos.

¿Qué hipocresía es esta? Sancionemos a quien fabrica muerte y la comercia; sancionemos a los que se enriquecen con la tragedia ajena; sancionemos a quien miente y no le importa esquilmar a un pueblo en beneficio propio.

Ya vivimos una guerra cimentada en mentiras, vimos un pueblo sucumbir ante la promesa de la libertad que sólo ha traído más de un millón de muertos. Un país arrasado y sumido en la desgracia, enfrentado en una guerra civil encubierta.

¿Y quieren repetir lo mismo? Mil formas hay para evitar esto.

Así que abrazando mi ignorancia, pero aceptando la experiencia que la vida me ha marcado, uno mi voz a los de tantos y grito un NO A LA GUERRA con todas mis fuerzas.

El dolor no remite con más dolor, sólo lo silencia y tengo fe en la cordura y la solidaridad ante esta locura.

Es  la voz de una madre. Una de tantas…

4 comentarios:

  1. Cuanta razón en este artículo, pero el sentido común murió hace tiempo, una pena.

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  2. ¡Qué razón tienes! Lástima que los dirigentes no lean estos artículos... La guerra no son más que intereses, no es una razón ética.
    Un saludo, @adriantsn

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    1. Un amigo en la red me ha escrito un dicho que vale la pena repetir... EL SENTIDO COMÚN ES EL MENOS COMÚN DE LOS SENTIDOS. Esto nos describe perfectamente.

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  3. No encuentro la ignorancia en tus palabras...y mucho menos unida a la palabra "madre". Ojalá fuera esa cordura que mencionas el camino, mas bien sabemos que es lo primero que perece en las guerras... Son los mismos que negocian la paz aquéllos que, en secretas (?) políticas, preparan los senderos de las armas...Querida amiga, si no hemos sido capaces de parar el hambre (eso sería cordura), ¿cómo impedir que sacien sus venenosos vientres?...Lo siento, no veo salida honrosa, sólo sangre. Un abrazo.

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