lunes, 16 de diciembre de 2013

EL QUINTO PODER


EL QUINTO PODER

  Vuelvo a caminar por estos lares, andaba perdida en mi mundo de desastres, poniendo en orden mis abalorios y sobre todo mi vida.

  Intento fijar pilares, encontrar nuevas salidas y comenzar de nuevo. Busco ilusiones cual adolescente y en mi horizonte hay esperanzas nuevas.

  Quiero justificar mi ausencia, seguro que no me habéis echado en falta, ya se encargan mis compañeros de mantener la llama de la indignación viva, de mostrar las verdades al mundo y desvelar los fines de esta casta política que nos gobierna. Puro despropósito mercantil a costa del pueblo llano.

  Hoy mi escrito no deriva en criticar al poder político, todos tenemos ojos y oídos, mi queja se forja en otro poder, el mediático. Le llaman el quinto, el poder de la información.

  Cada día me sorprende más lo que veo en los informativos, pero lo que se lleva la palma son esos programas de investigación ¿policial?, con aires de puro sensacionalismo que lo único que hacen es desinformar y fomentar el odio y la desconfianza al diferente.

  Programas de estos, infinitos; pero el que terminó por llevar mi indignación a niveles que desconocía fue el que se emitió el viernes noche en “EQUIPO DE INVESTIGACION”. La sexta con este programa se ha columpiado pero bien. No entiendo como se ha rebajado a esos parámetros, yo creía que la mentira y el sensacionalismo no entraba en sus proyectos.

  No voy a criticar el contenido, que es vergonzoso, sino las formas.

  ¿Cómo permiten fomentar el miedo y el odio al musulmán?

  Filmar a personas que van a su rezo diario en un local, sótano o piso, ya que no les permiten edificar una mezquita en ningún sitio y paralelamente poner imágenes de los atentados a las Torres gemelas ¿es o no es, manipular la información?

  Imaginemos a católicos entrando a una iglesia y emitamos imágenes de curas abusando de niños… ¿No estaríamos enviando un mensaje subliminar de que todos los católicos son o permiten la pederastia?

  Señores, la inmensa mayoría de los musulmanes son trabajadores cuyo único delito es ser creyentes y tener la obligación del rezo diario. Su mayor pecado es buscar la forma de mantener a su familia y cuando nos saludan con un “Salam ailekum” nos están deseando paz para todos; tal vez, nosotros deberíamos desearnos un poco más de armonía y menos odios.

  ¿Qué clase de periodismo es abordar a una persona en mitad de la calle, bombardeándola a preguntas que apenas entiende?

  Si en verdad fuera un delincuente ¿dejaría que entraran a filmar en su negocio?

  ¿Cómo engañan al público diciendo que el terrorismo se financia con estos desgraciados?

  ¿Qué pretendemos con esta forma de periodismo?

  ¿Por qué no se dedican a buscar a los fabricantes y grandes suministradores de falsificaciones?

  ¿Nos cebamos con el vendedor, el mantero y no miramos a quien en verdad se está enriqueciendo?

  Y las grandes marcas, ¿qué?

  ¿Por qué no enseñamos dónde fabrican, los costes y las ganancias de cada producto?

  ¿No es delito la usura y la explotación obrera?

  Campos de investigación hay muchos, entretener al populacho con cuatro porteadores que traen y venden hogazas de pan de Marruecos para sacarse algún que otro euro y darle la espalda a las mafias del contrabando, que están a la vista, que no se esconden…

  ¿Es eso investigación? Eso es ¡CHAPUZA!

  Como chapuza es permitir la mordaza que impone el gobierno con sus nuevas leyes sobre protección.

  ¿No hablamos de un poder inmenso el de la información? Pues deneguémosles ese derecho. Si los medios hicieran un vacío total a cualquier acto político, a toda declaración pública de nuestros gobernantes y seguidores puedo asegurar que otro gallo cantaría.

  Pero parece que o no les importa o el miedo aprieta las ligaduras.

  Señores, todo está perdido, ahora sólo queda volver a conquistar lo que La Constitución nos da por derecho.


  Empecemos la lucha.