jueves, 24 de octubre de 2013

¿A QUIEN PICAMOS HOY?


¡TE TOCÓ SR. WERT!


¡Ay, Wert, wert, wert!

  Debes sentirte orgulloso de haber conseguido movilizar en tu contra a toda la población estudiantil, profesores y padres; eso no lo consigue cualquiera ( perdón, no quiero pecar de olvidadiza, la excepción de los colegios religiosos, me da que pensar ).


¡Ay, Wert, Wert, Wert!


  ¿Esgrimirás tu portentosa sonrisa para quitar importancia a esta movilización?. Vas a tener que enseñar muchos “dientes, dientes” para hacernos ver que te importa un pito lo que pensemos.


¡Ay, Wert, Wert, Wert!


  A ver si te enteras de que la gente no es tonta, en estos años hemos podido estudiar, formarnos, nos han brindado la capacidad de poder discernir el engaño, nos han regalado el don del conocimiento, eso que tu pretendes limitar solo a pudientes y excelentes.


¡Ay, Wert, Wert, Wert!


  ¿Pondrás tu cara de pocker, de quien no sabe por qué le maldicen, recriminan e insultan?. Mucha experiencia tienes, la vaselina debe cubrir tu orgullo, no he visto a nadie que le resbale más lo que piensen y digan de el.


¡Ay, Wert, Wert, Wert!


  No acuses de huelgas políticas cuando tú y solo tú, politizas la enseñanza. No hace falta que españolices a nadie, somos los españoles los que no queremos tus ideas y leyes antidemocráticas.


¡Ay Wert, Wert, Wert!


  Tú que tan religioso eres, concédete un poco de humildad y reconoce que todos no van en dirección contraria, eres tú el que ha cogido el carril equivocado, da marcha atrás con tus imposiciones.


¡Ay, Wert, Wert, Wert!


  Eres tú y solo tú quien sobra en la comunidad cultural y educativa, deja a los que de verdad conocen que necesita nuestra sociedad y nuestros hijos en materia de educación, modificar las leyes. Seguro que mirarán más allá de sus ombligos y crucifijos para ofrecer un sistema acorde a nuestras necesidades.



Así que…. ¡Sr. Wert…. Vaya a rascarse a otra parte!

martes, 22 de octubre de 2013

MOTIVOS


MOTIVOS


  Cuando el tiempo se detiene en tu horizonte y ves pasar las escenas cotidianas como algo ajeno a ti, empiezas a preguntarte y a cuestionarte el sistema que mueve el mundo.

  Desde el momento de la concepción, todo gira en un rol determinado, tu sexo, raza, color, estatus o religión va marcando los pasos que debe dar tu vida, envuelven tus anhelos e interrogantes en un tupido velo que engaña nuestros sentidos y no nos deja ver más allá de nuestras narices.

  Es divertido y penoso a la vez, escuchar a individuos defender y ensalzar políticas de restricción culpando a la sociedad de su decadencia, expoliando lo que tanto costó construir, destruyendo los ladrillos de la solidaridad y la igualdad.

  Soy mujer por la gracia de Dios o del destino, tengo en mis manos el poder de dar la vida, pero también el derecho a decidirlo, mi naturaleza me hace ser racional ante la injusticia, desgarra mis entrañas ver la pobreza crecer ante mis ojos, indigna mi alma escuchar a mentecatos defender los nacionalismos culpando al extranjero de nuestras desgracias.

  Veo la muerte campar a sus anchas en el camino del oprimido, sus alas apuñalan al pobre no sin antes arrebatarle su dignidad y sus sueños.

  Miramos a otro lado al pasar junto al mendigo, escapando de su mirada vacía o simplemente de nuestra sensación de culpa.

  Permanecemos ciegos, sordos y mudos ante el mundo, levantamos barreras y muros al que busca esperanza, robamos riquezas y despreciamos a las personas, defendemos la hipocresía dando la espalda a la realidad.

  Miro por la ventana de mi cárcel, que impide mover mis manos, no deja que mis pasos avancen pero no consigue acallar mi voz.

  Y grito, grito a los cuatro vientos pidiendo el despertar de la gente, grito a las consciencias dormidas que reaccionen y vuelvan a la realidad, grito llamando a la lucha, la lucha de la solidaridad y la justicia.

  La palabra es mágica, tiene el inmenso poder de mostrar las verdades; la palabra denuncia y condena, muestra los hechos y no se deja acallar con mentiras.

  Tenemos motivos para no aceptar la imposiciones; motivos para levantarnos y exigir que nos devuelvan lo esquilmado.

  Quiero mi sanidad, mi educación y mi justicia, ningún gobierno es quien para quitármelo; quiero mis sueños y mis esperanzas, tener mis proyectos y poder llevarlos a cabo.


Mil motivos tengo para no permanecer callada. ¿Los tienes tu?.