Dejando de lado sentimentalismos que a veces convierten la digestión en un puro empacho, prometí volver con el aguijón bien cargado para ensartar las tropelías del personal gubernamental.
Si esto fuera un festín, las exquisiteces desbordarían la mesa y es que no hay por donde meter mano, allá donde te arrimas encuentras un buffet libre de corruptela y traición al pueblo.
Ya que hemos empezado con ejemplos culinarios, voy a seguir el post en un orden similar al de un menú del día. A fin de cuentas, esto es lo que encontramos a todas horas y además lo estoy escribiendo entre olores de cazuelas que abren el apetito e impacientan los sentidos.
ENTRANTES:
- Ensalada mixta de dimes y diretes en plena campaña a las elecciones europeas, cuyo ingrediente principal es un Cañete ya caducado comedor de espacios protegidos, regado con una salsa de Cospedal que incrementa los olores a caza de señoritos en zonas de alto valor ecológico.
- Queso al estilo Esperanza, ya saben, que no llegan a Tetilla, pero se saltan la ley como le salen de las domingas.
- Cerdo ibérico de Jaén, vestido con toga dando ejemplo de machismo en su homilía de una comunión.
PRIMER PLATO
- Una buena paella valenciana, con tracas, trajes, bolsos, accidentes sin resolver, visitas papales millonarias, aeropuertos para peatones y carreras de Fórmula 1. Todo muy legal hasta que se demuestre lo contrario.
- Sopa de picadillo. Un país al completo, troceado y desmenuzado, no hace falta más.
- Un potaje de lentejas aderezado con unos buenos chorizos de casta bancaria con sus preferentes bajo el brazo.
SEGUNDO PLATO
- Besugo al horno, tradicional animal pescado en aguas gallegas que al mover la boca parece querer decir... "Yooo no sssheee nadaaaa".
- Entrecot Montoro, que lo comes con miedo ya que proviene de tierras de hacienda y no sabes si te vigila o te investiga.
- Espárragos trigueros, delgados como nuestras carteras, revueltos con un par de huevos, similares a los que echamos para llegar a fin de mes.
POSTRE
- Tortas de aceite que se reciben más suavemente con cada golpe de la crisis.
- Strudel de manzana. Con eso de que es alemán, nos vamos acostumbrando a que nos invadan.
- Helado de sabores, como nos vamos a seguir quedando cada vez que saboreamos el sueldo del mes.
La copa la pondrá el Sr. Pons que con sus 3 millones de puestos de trabajo debe ir bien servido. Y el puro, los 6 millones de parados que apurados van todo el año.
!!QUE NOS APROVECHE!!
