LA MENTIRA DE LA SANIDAD

No hay nada como estar postrada en un sofá, engullendo innumerables horas de televisión y redes sociales, para darte cuenta de que el mundo gira en dirección contraria a la lógica y la razón.
Si en mi anterior reflexión, intenté dejar una huella de indignación por el trato dado a la educación, no puedo más que apuntar con mi dardo estilográfico a los movimientos fascistas que están aplicando a la sanidad pública.
Cual es mi sorpresa al escuchar en boca de amigos e incluso familia, un aplauso a las medidas restrictivas hacia los inmigrantes. Me doy cuenta que este gobierno, está haciendo muy bien los deberes engañando a la opinión pública.
Centran la atención de los electores en el abuso de dichos sin papeles a la sanidad, para efectuar el mayor atraco a nuestros derechos. Les culpan de las largas listas de espera, los gastos farmacéuticos, los atrasos en pruebas médicas y en encames, cuando los únicos responsables son los que han adelgazado tanto esos presupuestos, que han tenido que eliminar de un plumazo la mitad de especialistas, salas de operaciones y habitaciones de hospital.
Hoy ha sido Valencia, que ha visto como su sanidad pública ha pasado en un abrir y cerrar de ojos a ser administrada por entes privados. Mañana.... ¿a quién le tocará?.
Siempre miramos a nuestro ombligo, el mal ajeno que lo solucionen otros o que la caridad cumpla con su cometido. Pero me pregunto...¿tan bajo hemos caído?, ¿no piensan en la cantidad de personas (que no son perros, son personas), que tienen tratamientos contra el cáncer, diálisis, VIH, enfermedades degenerativas que las están condenando a una muerte segura?. ¿Tan malos somos, que preferimos verlos fuera del sistema, para que no tengamos que esperar un poco más en nuestros diagnósticos?. Me resulta irónico que quien aboga por la vida, la hermandad y la solidaridad con el prójimo, sea quien restringe, ahoga, exprime y pisotea al necesitado.
Levantando ampollas en contra del inmigrante, quedó en un segundo plano las otras restricciones sanitarias que nos tenían preparadas, que si no fuera por tantos preocupados por las atrocidades que se andan cometiendo, hubieran pasado desapercibidas al resto de la población. Nos encontramos con que la retirada de nuestros derechos, no se queda en negar la sanidad a los sin papeles, sino que engloba a los mayores de 26 años que no hayan cotizado nunca.
¿Que quiere decir esto?
Muy fácil, que dejamos sin prestaciones médicas a estudiantes, divorciadas, separadas y jóvenes que aún no han podido ejercer su derecho a trabajar. Lo que aún no tengo claro, es si englobará a los miles de minusválidos que por su condición no han tenido siquiera la opción de poder hacerlo.
Y, si, analizando todos los puntos, encuentro estas soluciones de lo más solidarias, equitativas, productivas y sobre todo restrictivas.... muy restrictivas. Desde luego, la austeridad, la están llevando a rajatabla; si no fuese porque gran parte de estos recortes se están desviando a la sanidad privada, creo que si, que se ahorraría bastante dinero.