viernes, 2 de marzo de 2012

EL DESEO DE LA RUTINA

Durante años, la vida ha transcurrido en un vaivén de movimientos, en lo que todo estaba predeterminado.
Cada paso, encajaba como una pieza de puzle en la rutina de la vida; y todo marchaba bien, la seguridad arraigaba en mi mente y los miedos no existían en el ritmo acompasado del tiempo.
  Pero como todo no puede durar siempre, la estabilidad creída se esfumó en un momento, todos los sueños se deslizaron cual castillo de naipes y los cimientos del futuro se escurrieron entre los dedos, como la arena de mi amada playa.
  El horizonte se tornaba turbio, con sombras que impedían ver el final del horizonte; y por primera vez en mucho tiempo, me encontraba desorientada sin saber como empezar los pilares de una nueva vida.
Ay! amada rutina, cómo te extraño; cuánto añoro tu seguridad y tu aplomo; cuánto daría por sentir tu abrazo y saber que mi tiempo era el esperado.
  Y sin embargo, aquí me veo, empezando de nuevo, buscando un nuevo amanecer en el ocaso de mi tiempo, irónico destino, comenzando la aventura, añorando mi rutina.

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